Lejos de las concurridas playas de San Rafael, el sereno río Los Patos y las minas de larimar, los turistas descubren en Barahona un secreto natural fascinante: las aguas termales. Estas aguas que emergen de la tierra con una temperatura que supera en más de cinco grados Celsius que la temperatura ambiente, son un tesoro escondido.
En la región de Enriquillo, las aguas azufradas de Canoa se han ganado una reputación especial. Estas aguas, conocidas por su característico olor a huevo podrido, se encuentran a 22 kilómetros del Arco del Triunfo, un viaje de aproximadamente 31 minutos en coche desde Barahona.
Rodeadas por Sierra de Bahoruco, estos pozos termales se han convertido en un destino popular entre los turistas extranjeros que buscan beneficios médicos y practicar el turismo de bienestar.
Si bien las aguas termales son un atractivo turístico del municipio de Canoa, el encargado de planificación del Ayuntamiento de Jaquimeyes, Sandy Manuel Matos, sugiere la visita a este potencial destino.
Consideró que las aguas termales acaparan, desde hace años, el interés de los turistas que realizan el circuito de la vuelta al lago Enriquillo y los dominicanos que cuentan con algún padecimiento de salud o patologías en la piel.
Agregó que el lugar, rodeado de árboles y sin la intervención industrial para su desarrollo, ha sido parte de los visitantes para realizar baños de relajación y purificación, ayudando a mejorar su estado físico y emocional, mientras se sumerge durante unos cinco o siete minutos en el agua cristalina.